... y un día al pasar una página encuentro esto, y descubro que no estoy solo en mi mundo imaginario, porque hay alguien por ahí que, sin conocerme, me ha leído el pensamiento:
Mi táctica es mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es hablarte y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es quedarme en tu recuerdo
no sé cómo
ni sé con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón ni abismos
mi estrategia es en cambio
más profunda y más simple
mi estrategia es que un día cualquiera
no sé cómo
ni sé con qué pretexto
por fin me necesites.
La tragedia del empeño humano consiste en que con tanta frecuencia permanece invisible e insospechado. (SAKI)
Mostrando entradas con la etiqueta Obituario. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Obituario. Mostrar todas las entradas
martes, mayo 19, 2009
martes, diciembre 02, 2008
Agur, Mikel.
Mikel Laboa siempre me produjo la sensación de ser uno de esos tipos auténticos. Su obra no parece perseguir más intención que la de sacar lo que llevaba dentro y dejarlo expuesto. Siempre estuvo al margen de cualquier corriente.
Descubrí a Laboa hace años, con 'Baga-biga-higa', con 'Oi Peio Peio', un par de sus canciones más accesibles. El resto, entonces, me resultaba duro de asimilar, pese a haber recibido educación musical y estar acostumbrado a las obras de ritmos extraños del rock progresivo y sus discos-concepto.
Fue recientemente cuando, al encontrar algunos de sus discos en una liquidación, volví a descubrirlo. Encontré una música telúrica, que sale de algún lugar de dentro de uno. Unas canciones que te penetran hasta lo más hondo y allí despiertan algo que estaba dormido y olvidado, olor a sal, a musgo y humedad, a viento frío y a palabras antiguas.
La música de Laboa huele a verdad. No entiendo la mayor parte de sus letras, casi nada en realidad, pero reconozco que es probablemente uno de los que mejor han sabido desentrañar la difícil musicalidad de la lengua vasca. Quizá por eso sus músicas son extrañas, porque pone la música al servicio de la lengua. Al servicio total, pues durante toda su vida artística fue un abanderado de la cultura y la tradición de su pueblo.
Sin duda me fascina de Laboa su voz, su forma de cantar, y las ganas de experimentar que tuvo hasta el final.
Por fortuna grabó lo suficiente para tener una muestra representativa de toda su trayectoria, y ojalá, sería el mejor homenaje, no desaparezcan sus obras de los catálogos.
Ayer me enteré por casualidad de que había muerto. Lo sentí, porque al irse personas así parece que el mundo pierde algo.
Descubrí a Laboa hace años, con 'Baga-biga-higa', con 'Oi Peio Peio', un par de sus canciones más accesibles. El resto, entonces, me resultaba duro de asimilar, pese a haber recibido educación musical y estar acostumbrado a las obras de ritmos extraños del rock progresivo y sus discos-concepto.
Fue recientemente cuando, al encontrar algunos de sus discos en una liquidación, volví a descubrirlo. Encontré una música telúrica, que sale de algún lugar de dentro de uno. Unas canciones que te penetran hasta lo más hondo y allí despiertan algo que estaba dormido y olvidado, olor a sal, a musgo y humedad, a viento frío y a palabras antiguas.
La música de Laboa huele a verdad. No entiendo la mayor parte de sus letras, casi nada en realidad, pero reconozco que es probablemente uno de los que mejor han sabido desentrañar la difícil musicalidad de la lengua vasca. Quizá por eso sus músicas son extrañas, porque pone la música al servicio de la lengua. Al servicio total, pues durante toda su vida artística fue un abanderado de la cultura y la tradición de su pueblo.
Sin duda me fascina de Laboa su voz, su forma de cantar, y las ganas de experimentar que tuvo hasta el final.
Por fortuna grabó lo suficiente para tener una muestra representativa de toda su trayectoria, y ojalá, sería el mejor homenaje, no desaparezcan sus obras de los catálogos.
Ayer me enteré por casualidad de que había muerto. Lo sentí, porque al irse personas así parece que el mundo pierde algo.
jueves, junio 05, 2008
Pérdidas
Me entero hace un momento por Mangas Verdes: ha muerto José Antonio Ramos.
A la mayoría de la gente no le dirá nada este nombre, porque ni ha participado en Operación Triunfo, ni lo ponían las radios (excepto quizá Radio3), y supongo que tampoco tendría el primer premio en los más descargados por P2P.
Pero a los que tenemos un poco de Canarias en el corazón, y mucho de música en el corazón, José Antonio Ramos nos traía en cada uno de sus temas un poco de la luz y el viento de su tierra.
La labor de José Antonio Ramos con el timple se puede comparar a la de Carlos Núñez con la gaita gallega, o Kepa Junkera con la trikitixa: sacaron sus instrumentos de los desvanes y de los festivales folclóricos, de "coros y danzas", poniéndolos en el siglo XXI incluso mientras estaban en el siglo XX.
Sólo que al parecer Canarias queda lejos no sólo en los mapas, y no tuvo la repercusión que merecía.
Afortunadamente, podremos disfrutar siempre de su obra. Fue una suerte haberte conocido.
A la mayoría de la gente no le dirá nada este nombre, porque ni ha participado en Operación Triunfo, ni lo ponían las radios (excepto quizá Radio3), y supongo que tampoco tendría el primer premio en los más descargados por P2P.
Pero a los que tenemos un poco de Canarias en el corazón, y mucho de música en el corazón, José Antonio Ramos nos traía en cada uno de sus temas un poco de la luz y el viento de su tierra.
La labor de José Antonio Ramos con el timple se puede comparar a la de Carlos Núñez con la gaita gallega, o Kepa Junkera con la trikitixa: sacaron sus instrumentos de los desvanes y de los festivales folclóricos, de "coros y danzas", poniéndolos en el siglo XXI incluso mientras estaban en el siglo XX.
Sólo que al parecer Canarias queda lejos no sólo en los mapas, y no tuvo la repercusión que merecía.
Afortunadamente, podremos disfrutar siempre de su obra. Fue una suerte haberte conocido.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)