domingo, agosto 23, 2009

Informativos

El verano es una época en la que resulta curioso seguir con atención los medios informativos.
Estaba hoy frente al televisor saltando, como de costumbre, de un informativo a otro, sin prestar realmente mucha atención (como de costumbre), cuando algo me hace detenerme en el informativo de Telecinco, con José Ribagorda:
No sé si habrá sido el gesto de los momentos trascendentales, o el tono casi airado, o el lenguaje seco y duro. Inmediatamente he pensado en algún atentado terrorista, alguna acción contra la sociedad que moviera al periodista presentador a dejar por un momento de lado su papel de intermediario transmisor de lo que pasa por el mundo, y le impulsara a dejarse llevar por la emotividad e implicarse personalmente en la noticia.
Y cuando he prestado más atención, la noticia ha quedado ampliada por imágenes y la locución de la reportera.
Pasmado me he quedado.
Al parecer, el hecho que debería remover las conciencias, llamar a las barricadas a la sociedad toda, que ha hecho fruncir el ceño y torcer el gesto al presentador, y casi rasgarse las vestiduras y cubrirse de ceniza, es que en los cascos viejos de las ciudades, tan restaurados y bonicos ellos, los bares colocan en las terrazas sillas, mesas y sombrillas con publicidad, que les proporcionan gratuitamente los correspondientes distribuidores de los productos anunciados. ¡Con la pasta que se han gastado los ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas, ministerios y cajas de ahorro, y va el del bar y me pone una silla de plástico! ¡Será mala persona, asqueroso y comunista...!
Lo que es el no tener otra cosa que poner....

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