Últimamente mis lecturas son afortunadas. Transcribo dos pequeños pasajes de dos libros conmovedores (cada uno en su estilo):
1.
"¿Tienes el Viaje a América de De Tocqueville? Alguien tomó prestado el mío, y no me lo ha devuelto. ¿Por qué será que personas a las que jamás se les pasaría por la imaginación robar nada encuentran perfectamente lícito robar libros?"
2.
"[...] El placer sexual no sólo era superior, en refinamiento y en violencia, a todos los demás placeres que la vida podía deparar; no sólo era el único placer que no va acompañado de ningún daño para el organismo, sino que, por el contrario, contribuye a mantener su máximo nivel de fuerza y de vitalidad; en realidad era el único placer, el único objetivo de la existencia humana, y todos los demás placeres -ya estuvieran asociados a la buena comida, al tabaco, al alcohol o a las drogas- no eran sino compensaciones irrisorias y desesperadas, mini-suicidios que no tenían el valor de presentarse con su nombre, intentos de destruir más deprisa un cuerpo que ya no tenía a su alcance el placer único."
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